28 ene 2011

Comunicación de urgencia sobre pre-acuerdo de pensiones

[Carlos MARTÍNEZ, Presidente de ATTAC España]

Ante los avances o filtraciones más o menos interesadas que sobre el pacto de contra-reforma de pensiones acabamos de conocer, propongo que sean analizadas más en consecuecia cuando conozcamos el texto completo, o bien el texto que el Gobierno Zapatero apruebe mañana. Si bien a primera vista y con premura, reconozco estamos ante un retroceso histórico respecto del derecho a la pensión actualmente vigente que tendrá graves consecuencias sobre la credibilidad de los sindicatos y debilitará la capacidad de responder a las futuras agresiones sociales y políticas. Los peores temores se han cumplido. Pero lo peor es que la regresión que se aprecia pasará factura a toda la izquierda social, lo queramos o nó. Es por ello que creo que por sentido de la responsabilidad estamos en condiciones de exigir a las cúpulas de CC.OO y de UGT que rectifiquen y al menos antes de firmar nos escuchen. Todas y todos nosotros impulsamos el éxito de la Huelga General del 29 S y nos movilizamos como una sola persona. Merecemos pues respeto. La gravedad de la crisis que sufren de forma especial las clases populares y trabajadoras y las y los jovenes, hacen imprescindibles seguir fortaleciendo las plataformas unitarias y no sectarias, para la acción y la movilización.

Pensiones, pero también Cajas de Ahorros, privatizaciones y más recortes posibles, nos obligan a una acumulación de fuerzas, que este pre-acuerdo puede hacer peligrar, máxime cuando de los 67 años se había hecho blasón de lucha y linea roja a no traspasar.

Puede entrar en la lógica confusa y nada ideologica, además de socioliberal de Rodriguez Zapatero, el inmolarse por tranquilizar a los mercados, pero que en su inmolación arrastre a CC.OO y UGT es muy dificil de entender. Hay que resistir chantajes y saber que la derecha que viene, el PP y las derechas nacionalistas, tienen la voluntad de aniquilar el sindicalismo e impedir el derecho de huelga y de negociación, pero lo de ponerle la alfombra roja o tal vez de otro color que no cito pues no es mi voluntad insultar a nadie, al objeto de aún sin pretederlo facilitarle la faena, es al menos incomprensible. En mi opinión, deberíamos expresar nuestro desacuerdo con el pre-pacto alcanzado llamando a la ciudadanía y a los trabajadores a movilizarse para rechazarlo y hacer llegar dicha oposición a las direcciones sindicales para que no ratifiquen el acuerdo en las próximas reuniones de sus órganos confederales.

El grandisimo numero de paradas y parados maduros, que se incrementará dejará a cientos de miles de personas cámino de la exclusión. Nuestros hijos y nietos y nietas, los jovénes temerán llegar a los 60 años en las condiciones actuales del "mercado" de trabajo.

A quien hay que apretarle las clavijas es a la banca, a las transnacionales a los fondos especulativos, a los especuladores, no a los sindicatos y menos a las clases trabajadoras, a los autonomos a las pymes. No se puede hablar de reformas, sin reformar el sistema fianciero y el crédito.

Cuando la soberanía popular esta puesta en cuestión por los "mercados" no se pueden negociar retrocesos y menos a cambio de no tocar lo fundamental. Lo que ahora está en cuestión es la propia democracia en sí. Hay que reaccionar ya.

No es mi voluntad agredir a los sindicatos de clase, a todos ellos, pero las dirigencias sindicales de CC.OO y UGT, deben entender y lo digo fraternalmente, pues el adversario son los bancos y los mercados, que no se puede retroceder y menos ahora, por lo que entiendo se les puede y debe exigir, que aún reconociendo se derecho e incluso obligación de negociar, nada les obliga a ceder. La verdadera necesidad ahora en mi humilde opinión es que no haya ninguna persona parada sin prestaciones, nadie expulsado de su vivienda por no poder pagar la hipoteca, así como reformar y profundamente el sistema fiscal, defender el reparto y la justicia distributiva. Lograr la Banca Pública, nacionalizar las Cajas de Ahorros, al completo y de verdad. Pero no ceder en derechos que tanto costo conseguir.

C. MARTÍNEZ

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