1 mar 2011

CGT convoca: Concentración 3 de Marzo contra el pacto social y los recortes en Educación

¡Docente! ¡Por el empleo y la educación pública!
El nuevo decreto de la Generalitat Valenciana profundiza aún más la privatización de la educación pública, la pérdida de derechos laborales, la precariedad y la pérdida de puestos de trabajo. No es algo que esté por venir, sino que ya es oficial y está publicado: se van a recortar aún más las plantillas, nos han bajado el sueldo, la oferta de empleo casi ha desaparecido, el derecho a la jubilación LOE lo hemos perdido, cada vez se invierte menos en la educación pública, etc.

La crisis capitalista la estamos pagando los/as trabajadores/as y cada vez se recortan más derechos laborales y sociales (sanidad, educación, etc). El nuevo pacto social (con la reforma de las pensiones como expresión máxima de la pauperización de la vejez), la reforma laboral, las privatizaciones (loterías, AENA...), la subida del IVA y de los precios, son sólo algunos ejemplos del despojo general a nuestros derechos. Ante esta situación no podemos seguir desmovilizados/as, hay que actuar y organizarse.

La pasividad y la indiferencia te hace cómplice. Hay que organizarse en los centros, convocar asambleas en los centros de trabajo. Todos los derechos que habíamos conseguido nos los están arrancando de las manos. No podemos pensar que los derechos son inamovibles, hay que luchar y consolidar esos derechos. Sobran los motivos y las razones para salir a la calle, sino… mañana estarás e ella, ¡son derechos!, ¡no privilegios!

Sección de educación de CGT

http://educalicante.blogspot.com
cgtensenyamentalacant@gmail.com

8 de marzo: Contra el capitalismo y el patriarcado

El PCPE y CJC han preparado el siguiente texto y cartel para el 8 de Marzo, día de la mujer trabajadora.

El capitalismo decadente, en descomposición y en crisis estructural golpea a la clase obrera a través de los gobiernos de turno que actúan como sus consejos de administración, implementando
medidas para tratar de no ver reducida su tasa de ganancia (privatizaciones, recortes sociales, aumento de la edad de jubilación, abaratamiento del despido, subvención a las cuotas
empresariales de seguridad social, etc).

Medidas que inciden especialmente sobre las trabajadoras que, como eslabón más débil de la cadena productiva, viven instaladas en la desigualdad y sobreexplotación del mercado laboral:
- Discriminación salarial representada en un salario medio femenino inferior en un 22% respecto al masculino, que es de un 37% menos entre las trabajadoras jóvenes y llega a ser de un 50% entre las inmigrantes.
- Acoso sexual.
- Son mujeres más del 77% de los ocupados a tiempo parcial.
- Trabajan en la economía sumergida más de un millón de mujeres.
- La tasa de ocupación femenina es del 52,60% y el paro se sitúa ya en el 20,79%. Siendo entre las mujeres inmigrantes del 29% y en las jóvenes del 61%.

Como manda el patriarcado las mujeres soportamos el trabajo doméstico, las tareas reproductivas y las de cuidados casi en exclusiva. Así, además de estar entrando y saliendo continuamente del mercado laboral entre los 25 y 44 años para el cuidado de hijos, el 85% de las excedencias son solicitadas por mujeres para el cuidado de familiares. De esta forma, se aleja de nuestro horizonte la obtención de una pensión pública que nos garantice una vejez
digna y no de exclusión y pobreza. Pensiones ligadas a permanencia en el mercado laboral de manera ininterrumpida, con carreras largas y estables chocan frontalmente con la realidad
laboral de las mujeres. En la práctica, pese a las cacareadas leyes conciliadoras, se imposibilita para nosotras el compatibilizar empleo, cuidados y jubilación.

El patriarcado, con la división sexual del trabajo, invisibiliza socialmente el trabajo doméstico y de cuidados. Con la construcción cultural y social de dos géneros con roles diferentes se facilita la consideración del género femenino como de inferior
categoría humana y laboral. La presencia secundaria de la mujer en el mercado de trabajo y el papel asignado en el marco de la familia patriarcal, como reproductora de la fuerza de trabajo, coloca a las trabajadoras en una situación especial de opresión y de exclusión social y de dependencia económica del marido.

Las trabajadoras soportamos las consecuencias más duras que la crisis capitalista impone al conjunto de la clase obrera. La necesaria respuesta que debemos articular con el conjunto de la clase es para nosotras un doble esfuerzo; pues la doble jornada para conciliar empleo y reposición de la fuerza de trabajo repercute negativamente en nuestra capacidad de intervención en las luchas obreras y populares, dificultando nuestra imprescindible participación en la batalla contra el capitalismo y contra el patriarcado.

La única vía para enfrentar la crisis capitalista es la lucha por un proyecto revolucionario comprometido con la emancipación de las mujeres, capaz de integrar la lucha general de la clase obrera por el socialismo y la lucha específica por el fin del patriarcado.